marzo 19, 2007

Mi nación guatemalteca

¿Qué es una nación?, de Ernest Renan

Es esta una pregunta que siempre ha ocupado un espacio importante de mis desordenadas reflexiones políticas. Mi padre es suizo, mi madre guatemalteca. Yo soy guatemalteco, y soy suizo. Fui educado en un liceo francés: me creí francés mucho tiempo. La nación del suizo es una, la del francés es otra, y la del guatemalteco toda otra.

Han convivido en mí tres conceptos de nación, tres ideas nacionales, distintas, contrapuestas.

En una encuesta de asociación libre (top-of-mind) sobre el término nación, algunas de estas palabras encabezarían seguramente la lista: lengua, raza, territorio, costumbres y ritos, interés compartido, historia. Las tres ideas de nación que conviven en mi mente desmienten (cada cual las suyas) todas estas equivalencias, salvo, quizás, la última. Dice Renan:

Una nación es un alma, un principio espiritual. Dos son las cosas que constituyen ese alma, ese principio espiritual, y que a decir verdad son una sola. La primera está en el pasado, la segunda en el presente. Una es la posesión en común de un rico legado de recuerdos; el otro es el consentimiento actual , el deseo de vivir juntos, la voluntad de mantener la herencia indivisa que se ha recibido.

Un poco más adelante:

Un pasado heróico, grandes hombres, la gloria (la verdadera, por supuesto) he aquí el capital social sobre el que se asienta la ideal nacional.

Y, más adelante:

Compartir unas glorias del pasado, una voluntad en el presente; haber hecho grandes cosas juntos y querer seguir haciendo más, he aquí las condiciones esenciales para ser un pueblo. Se ama en proporción a los sacrificios que se han consentido, a las desgracias que se han padecido.

La nación suiza, tan diferente de la francesa a pesar de su proximidad, comparte sin embargo con ésta su buena salud, si nos ceñimos a la definición de Renan, y a pesar de lo que puedan decir tanto franceses como suizos.

Algo muy distinto sucede con la nación guatemalteca. Ninguna de las características que Renan propone para definir una nación aplican a Guatemala.

¿Sobre qué capital social podemos construir una idea nacional guatemalteca? Por supuesto que tenemos un pasado, que hemos compartido, pero el "legado de recuerdos" que poseemos está lejos de ser propiedad colectiva y compartida. El pasado heróico, si nos estiramos a encontrarlo, pertenece a los "vencidos", y no forma parte de la Historia oficial. Los "vencedores" tienen poca más gloria que la del vasallo favorecido por la fortuita merced de su señor. Los grandes hombres están pendientes de ser consolidados en un canon.

Identidades (¿irremediablemente?) irreconciliables conviven, se toleran, pero mantienen una distancia sistemática, insalvable. El acercamiento no parece estar en ninguna agenda.

Se habla de reconciliación nacional. Una pareja originalmente feliz se reconcilia después de un pleito. Los socios de un negocio se reconcilian tras una desaveniencia. Dos tribus amigas se reconcilian tras enemistarse. Un pueblo hendido se puede reconciliar. Pero no puede hablarse más que de encuentro, y no de re-encuentro de dos líneas que siempre han sido paralelas.

¿Ha sido Guatemala alguna vez una nación? ¿Puede serlo algún día? No lo sé. Ssé que lo anhelo, y que no soy el único. ¿Pero cómo?


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